4 de septiembre de 2014

La puñalada / El tango de la vuelta

Julio Cortázar



Pat Andrea (Ilustraciones)












Enrique Vila-Matas (Epílogo)

«Al quinto día lo vio seguir a Flora que iba a la tienda y todo se hizo futuro,algo como las páginas que le faltaban en esa novela abandonada boca abajo en un sofá, algo ya escrito y que ni siquiera era necesario leer porque ya estaba cumplido antes de la lectura, ya había ocurrido antes de que ocurriera en la lectura».
















La puñalada / El tango de la vuelta nace de la colaboración en 1979 entre Pat Andrea, entonces un joven pintor holandés, y el escritor argentino Julio Cortázar.
Andrea llega a Buenos Aires el 25 de marzo de 1976, un día después del golpe de estado que dio inicio a la dictadura del general Videla. La brutalidad y conmoción que vivió durante aquel tiempo le llevó a realizar, ya en Europa, una serie de treinta y cuatro dibujos cuyo obsesivo tema es la puñalada, imagen tomada también de aquel tango del mismo nombre que tocaban las orquestas porteñas.


















Con la idea de realizar un libro a partir de estas ilustraciones, Pat Andrea contacta en París con Julio Cortázar, quien queda fascinado por el trabajo de Andrea y decide regalarle un cuento: El tango de la vuelta.

















El epílogo de Enrique Vila-Matas ilumina el proceso de creación de esta obra a cuatro manos, a la vez que relata con maestría la peripecia que sufrió la edición original; publicada un día después de la muerte del escritor argentino en una limitada tirada de cuatrocientos ejemplares, y perdida posteriormente durante dieciséis años es finalmente rescatada, casi por casualidad, por la galerista Eugenia Niño en un almacén de Miami.

















La puñalada / El tango de la vuelta es una obra hasta ahora prácticamente inaccesible, creada por uno de los más destacados escritores latinoamericanos del siglo XX y uno de los artistas plásticos más representativos del neoexpresionismo.

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Tamaño: 22 x 29 cm; 96pp.; Cartoné con lomo suizo
ISBN: 978-84-9424-735-4
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Pat Andrea

La Haya, 1942














Asistió a la Real Academia de Bellas Artes de la Haya y en 1967 obtuvo el Premio Jacob Maris de dibujo. Durante la década de los setenta formó parte del grupo ABN junto a Peter Blokhuis y Walter Nobbe. En 1976, tras exponer en París, viajó por Sudamérica; dicha experiencia produjo un cambio fundamental en su trabajo, sus composiciones figurativas adquirieron mayor fuerza y tensión formal, la base clásica de su estilo se enriqueció con deformaciones muy personales y expresivas que imprimieron a su obra una inusual fuerza dramática. De regreso a Europa se instaló en París, donde conoció a Antonio Seguí. En 1979, el crítico Jean Clair lo invitó a participar junto a David Hockney, Ron B. Kitaj y Antonio López en la exposición que fundaría uno de los movimientos artísticos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, la Nouvelle Subjectivité. En 1998 fue designado profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París. Su obra, ampliamente expuesta en todo el mundo, integra las colecciones del MoMA de Nueva York, del Centro Pompidou de París, del Museo Gemeente de La Haya, del Museo Stedelijk de Amsterdam y del Museo de Arte Moderno de Lieja. Pat Andrea ha publicado con Libros del Zorro Rojo Las flores del mal. Los poemas prohibidos (2008) de Charles Baudelaire y La puñalada / El tango de la vuelta (2014) con cuento de Julio Cortázar.

La procaz intimación

Edward Gorey



«El Demonio, de un brusco salto,
derribó a la señorita Squill desde lo alto».

















El Demonio, tan brusco e insolente cuando seduce, logra que sus mujeres se entreguen sin reservas y hagan todo el mal que les pide.




Por eso las recompensa con lo que más quiere: el Infierno. Ejemplo paradigmático del humor negro del autor, La procaz intimación fue publicado originalmente por Fantod Press en 1971.   




















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Traducción: Marcial Souto


Tamaño: 13 x 15cm; 48 pp. Cartoné con sobrecubierta
ISBN: 978-84-9424-736-1
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Edward Gorey

Boston, 1925 - Cape Cod, 2000














A los tres años y medio aprendió solo a leer; a los cinco leyó Drácula, a los siete Frankenstein y a los ocho todas las novelas de Victor Hugo.
Hizo los estudios primarios (era tan precoz que se saltó el primer año y el quinto) en la escuela activa Frances W. Parker, donde tuvo un buen profesor de dibujo. Al terminar la enseñanza secundaria asistió un semestre al Art Institute de Chicago.
En 1946, después de hacer como oficinista el servicio militar en una base del Ejército de los Estados Unidos (en el desierto de Utah), entró en Harvard, donde estudió francés y compartió habitación durante dos años con Frank O'Hara, que llegaría a ser el más célebre poeta de la Escuela de Nueva York. Desde el comienzo llamó la atención por su aspecto y por sus excentricidades. Era muy alto, llevaba el flequillo aplastado sobre la frente como un emperador romano, los dedos cargados de anillos y tenía una manera histriónica de hablar. Una amiga lo recuerda con las uñas de los pies pintadas de verde caminando descalzo por la calle.
Entre él y O'Hara, dandis extravagantes del campus, decoraron la habitación con muebles blancos de jardín y usaron una lápida de un cementerio cercano como tapa de la mesa.
A fines de los años 40, apoyados por algunos profesores de la facultad y con otros jóvenes como ellos formaron el Poets' Theater de Cambridge. Unos escribían, otros actuaban y Gorey hacía los decorados.
En 1953 se mudó a Nueva York y empezó a trabajar en la editorial Doubleday como diseñador de portadas para las reediciones de clásicos modernos: Kafka, Proust, Conrad, Gógol, e ilustrador de libros de autores tan diversos como Edward Lear, T. S. Eliot, Beckett, Virginia Woolf, Dickens, Wells, Updike. Ese año escribió, ilustró y publicó su primera obra, The Unstrung Harp.
Al principio no encontró muchos lectores. Seis editores sucesivos lo aceptaron y lo abandonaron. Decidió entonces crear su propio sello, Fantod Press, y hacer ediciones artesanales de los libros que otros no estaban dispuestos a publicar.
En 1967 Andreas Brown, gran admirador de Gorey, compró Gotham Book Mart, legendaria librería neoyorquina de Frances Seloff, y desde allí empezó a difundir su obra. No solo vendía sus libros, almanaques, pósters y objetos: le organizaba firmas y exposiciones, y le llegó a editar quince libros.
Entre 1956 y 1979, vestido con un largo abrigo de piel de mapache, zapatillas de tenis, una gruesa bufanda y un collar, asistió a todas las funciones y a muchos de los ensayos del New York City Ballet. Admiraba profundamente las ideas del coreógrafo de origen ruso George Balanchine. En 1983, privado de su principal interés cultural, decidió irse de Nueva York.
Se instaló en Cape Cod, primero en Barnstable, en la casa de unos primos donde ya había pasado algunas temporadas, y después, definitivamente, en Yarmouth Port, en una casona de dos siglos que llenó de libros, películas, muñecos, gatos (que adoraba) y objetos esféricos. Allí vivió solo hasta el final, sin dejar de escribir y dibujar y crear títeres y marionetas para pequeños teatros de la zona. Publicó en vida más de cien libros y dejó otros setenta escritos pero sin ilustrar. Quienes lo conocieron lo describen como una persona extremadamente inteligente, culta y afable. 

Texto: Marcial Souto